martes, 29 de mayo de 2018

El porqué de "La nota que faltaba"





Hola a todos, queridos amigos y seguidores de todo lo que transmito a través de mis proyectos de álbumes ilustrados. Estamos en época de Ferias importantes del Libro, como os voy contando, e intentando animaros a que os hagáis, si no lo tenéis, con un ejemplar de "La nota que faltaba", porque sinceramente creo que merece la pena. De hecho, creo que ya deben de quedar pocos de la primera edición. Por ello, os quiero hablar del porqué merece la pena adquirir mi primer álbum ilustrado,  especialmente en esta oportunidad de adquirirlo en el entorno de una Feria del Libro. 
¿Por qué es una buena opción hacerse con "La nota..."? Pues os cuento las tres razones por las que no solo es un buen libro para niños, de unos cuatro años en adelante, sino para mayores también:
   


 Como sabéis estoy aprendiendo a tocar el saxo y, aunque no con la constancia que debiera -en la escritura empleo mucho de mi tiempo libre-, llevo unos siete años. Un día decidí que quería escribir un cuento en el que el protagonista fuese un saxo como el mío, y así lo hice. Quise que el cuento no solo fuese una historia, más o menos divertida, que os aseguro que lo es, sino que tuviese un fondo importante de lo que hoy, muchos de nosotros, echamos en falta: los valores. Sí, mi primer álbum habla de valores; habla de la amistad, de compañerismo, de generosidad, de trabajo en equipo, de constancia y sobre lo importante que es el alegrarnos por los éxitos de los demás...en España ya sabemos cuál es el defecto nacional... Eso lo consigue este álbum, y lo hace de una manera en la que el lector lo capta casi sin darse cuenta...que es como las cosas se quedan y salen a relucir en los momentos de la vida en los que nos enfrentamos a circunstancias similares a las descritas en el relato.
El segundo de los aspectos que quise conseguir es que sirviese para estimular la lectura de los más pequeños. Eso lo consigue con textos amplios y con palabras, sin ser básicas de niños, simples y fáciles de entender. De esta manera se consigue que el niño lea, entienda y amplíe su vocabulario básico. Por ello, también, es tan atractivo para los mayores que no solo disfrutan con su lectura sino que lo hacen cuando lo cuentan a sus pequeños. Os aseguro que no son pocos los libros que he firmado y dedicado a personas mayores a los que ha enganchado la manera de escribir y con la que transmito sensaciones.
  

  
Un aspecto relacionado con este asunto es que, por la forma en la que está escrito y los personajes que tiene, gusta mucho a los padres cuando lo cuentan a sus hijos y les permite, cada noche, inventar historias paralelas con esos personajes y basadas en la trama del cuento.
La tercera razón, y no pretendida cuando le estaba dando forma, es el importante refuerzo que representa para los chavales que están dando sus primeros pasos en la enseñanza musical: el cuento habla de las "tonalidades" de los instrumentos: aspecto básico de la música y de las primeras cosas que se aprenden. Por ello, y ha sido una gran sorpresa, el cuento se está vendiendo mucho en escuelas de música y tiendas especializadas.
Por último, añadido a todo esto, decir que el álbum cuenta con unas extraordinarias ilustraciones que enamoran de Tania Rico, mi encantadora compañera asturiana en este proyecto.

Bueno, pues esto era todo para ilusionaros a la hora de haceros con mi primer trabajo del que estoy superorgulloso y que espero poder firmar a alguno de vosotros, en directo o a través de pdf.

Espero haberos ayudado en vuestra decisión en esta época en la que ya tenemos las vacaciones a la vista.
  

  
Por último, deciros que si lo pedís a mi Editorial, Kolima, os lo envían en España sin gastos y en muy poco tiempo (creo que en 48 horas podéis tenerlo en casa). La web os la recuerdo:
https://www.editorialkolima.com/produc…/la-nota-que-faltaba/
Un abrazo, queridos todos y no dejéis de soñar y ser felices.


lunes, 28 de mayo de 2018

De nuevo una firma: 2 de junio en Zaragoza





Hola, mis queridos amigos y seguidores de nuestro blog, Esta entrada es muy corta pues solo os quiero informar, para aquellos que no lo hayáis leído en mi página de facebook (tenéis el enlace en la parte derecha de vuestra ventana y aprovecho, a los que tengáis facebook, a vuestro me gusta en esa página), de dos aspectos relativos a mi primer álbum ilustrado: La nota que faltaba. El primero de ellos es que el día 2 estaré firmando ejemplares en la feria del libro de Zaragoza. Los datos los podéis leer en la imagen que abre esta entrada. Espero poder conoceros personalmente a todos los maños y "adoptados" en Zaragoza que me seguís en el blog. No me privéis de poder saludaros (no hace falta que lo compréis si no queréis o ya lo tenéis. En ese caso es una buena oportunidad para que os lo pueda dedicar).


El otro aspecto es que, como sabéis muchos, la feria del libro de Madrid ya está a pleno rendimiento. Allí, en la caseta 222 de mi editorial, Kolima, podréis adquirir también : La nota que faltaba. Y si así lo hacéis y os ponéis en contacto conmigo ya sabéis que os puedo enviar una dedicatoria personalizada por email en pdf. 
En fin, que La nota… se mueve de nuevo para poder llegar a todos vosotros.
Por mi parte, os contaré cómo me haya ido la firma de ejemplares en Zaragoza y alguna foto podré poner.
Hasta entonces, recibid un gran abrazo y no os olvidéis de seguir soñando y siendo felices.
José Ramón.





domingo, 20 de mayo de 2018

Nuevo COSME Y LA TRUCHA





Hola, amigos, de este espacio. ¿Qué hora tenéis? Me gustaría saber a qué hora elegís para meteros en mi mundo. Seguro que muchos lo dejáis para la noche, antes de cerrar los ojos. Pues os digo que creo que es buena idea. Yo suelo leer cosas que me dan tranquilidad y me crean una sensación de sosiego emocional. Da igual que sea una novela o un mensaje de un amigo o una entrada en un blog como el nuestro…el caso es leer algo que me llegue y me impregne de todo lo que, en mi caso, quiero conseguir con lo que os escribo: sosiego e intimismo. Espero conseguirlo en nuestro recinto en el que os cito cuando algo os quiero contar. Es cierto que el silencio de la noche ayuda a dar toda la dimensión que tiene nuestro Cuentos &Dreams y ayuda a olvidar el mundo y todo lo que se nos mueve a nuestro alrededor y condiciona nuestra vida. Estoy seguro de que el silencio de la noche en la que os venís conmigo aquí hace que olvidéis los problemas de vuestra rutina y lo duro que haya podido ser vuestro día. Deseo, y me gustaría escucharos, que lo que escribo os ayude a conciliar el sueño y a descansar.
Yo, personalmente, solo leo cuando me voy a la cama y…es raro que pase de dos páginas antes de quedarme dormido. En cambio, para escribir, no busco una hora especial pero sí una situación de mi entorno adecuada. Busco estar tranquilo, en silencio o con una música adecuada; casi siempre con un té cerca de mí, que me ayude a contaros cosas desde dentro. Hoy tengo un Rooibos, pero no tengo música. Tengo silencio en mi cuarto y os cuento cosas para que las leáis en vuestro momento. Habladme de ese momento especial que buscáis para estar en nuestro rincón lleno de literatura para niños…y mayores.
Lo que os traigo hoy es un cuento que conocéis bien y que, por lo que os he contado de él, sabéis que estaba prácticamente ilustrado. La pena es que la ilustradora con la que formaba equipo, y que también conocéis de sobra, por motivos de su trabajo no puede comprometerse a, cuando encontremos editorial que lo publique, acometer las exigencias editoriales y finalizarlo adecuadamente, por falta de tiempo. Muy a pesar mío, y estoy seguro que de ella también, tuvimos que cancelar nuestra colaboración. No me cabe duda de que, en un futuro, que espero no sea muy lejano, encontremos otra historia que podamos dar vida juntos. Ya lo hicimos con “La nota que faltaba” y Tanía y yo hemos tenido que cancelar nuestro segundo trabajo. Sus ocupaciones no le permiten seguir. Una pena.
Pero Cosme y la trucha, una bonita historia llena de valores y de sensibilidad, no podía estar demasiado tiempo sin ilustrador/a. Y así fue. En agosto conocí a través de la red, como siempre suelo hacer, a una magnífica ilustradora (diréis: “siempre dices que son magníficas/os los ilustradores con los que trabajas”…pero es que lo pienso así. Yo los busco y me enamoro de su manera de interpretar con imágenes situaciones que se parecen mucho a las que yo tengo en mi cabeza cuando escribo. ¿Cómo no voy a pensar que lo son?). Me dijo que hasta octubre no podía ponerse con el cuento, pues tenía que terminar unos proyectos y compromisos que tenía en curso. Pero, Rosa Ureña Plaza, (https://www.instagram.com/frenteyperfil/, todos los derechos reservados) no dejó pasar ni unos segundos antes de empezar a dar forma en su cabeza de artista a este nuevo Cosme y la trucha. Me asombró ver lo pronto que nos compenetramos y lo bien que, juntos, hemos dado forma a esta historia para que llegue a ser un gran álbum ilustrado. Pasamos por varios bocetos, que os traigo aquí,…


Rosa quería algo brillante, pero no acababa de encontrarlo. Quería transmitir la tartamudez de Cosme de una forma novedosa, con símbolos entremezclados con las imágenes…



Varias pruebas y al final salió este nuevo Cosme. El texto también sufrió sus recortes pues quisimos que no dijese más de lo que tenía que decir; el resto se lo dejábamos a las imágenes…
Rosa, es una gozada el trabajar contigo y está siendo algo muy bonito y muy interesante dar juntos forma a nuestro Cosme y la trucha. Me gustó mucho cómo captaste, desde que llegó a tu ordenador, el interior de esta historia en la que se respira una lucha contra la discriminación, en este caso por motivo de la tartamudez de Cosme, y en la que las escenas se desarrollan dando su valor a la amistad entre Cosme y ese animal frío y algo gelatinoso que es la trucha recién salida del agua. Hoy, desde mi entorno, te lo quiero agradecer públicamente pues con tu entusiasmo y tu implicación, estoy seguro de ello, podremos todos, en un futuro que espero sea muy cercano, disfrutar de poder verlo hecho realidad. Gracias y bienvenida a nuestro espacio de cita con la literatura infantil.
Pues ya, mis queridos seguidores, que os siento al otro lado de la pantalla, os dejo con este bonito cuento; uno de los primeros que escribí y traje a este blog.
Buenas noches y recibid un gran y largo abrazo con mi deseo de que no dejéis de soñar y de ser felices.
José Ramón.

Esta es la historia de Cosme, un niño que, causa de su tartamudez, recibía el rechazo y las burlas de sus compañeros de juegos. Cosme quiso compartir su soledad con su única amiga a partir de aquél día…no fue tarea fácil porque se trataba de una pequeña trucha de ojos negros y piel resbaladiza que no se encontraba demasiado cómoda fuera del agua…aún así Cosme se afanaba en ello hasta que de pronto…
Es una historia tierna en la que se pone de manifiesto que el cariño entre las personas debe de estar más allá de sus apariencias y sus limitaciones físicas, porque en su interior siempre hay un corazón que merece la pena ser conocido y querido.
El trasfondo es la Amistad, con mayúsculas. Pero también nos habla de la discriminación que muchas veces sufren los niños en sus juegos con los demás por el mero hecho de tener algún problema físico, funcional o del tipo que sea. Es duro decirlo pero es algo que sucede. En “Cosme y la trucha” vemos lo importante que es la amistad para sobreponerse a ese aislamiento y esa, en cierto sentido, discriminación (hablar de estos asuntos es difícil en estos tiempos porque la sensibilidad de la sociedad, en relación a ellos, está a flor de piel...A pesar de ello, creo que es un tema que debe de ser tocado con la sensibilidad que, es mi opinión, se toca en "Cosme...") que sufren los niños con algún trastorno o problema y que produce las mofas de sus compañeros menos solidarios. Vemos, como digo, cómo la amistad es la vía para su solución y su integración…aunque sea la que se tiene con una trucha. 


Era, Cosme, un niño más pequeño de estatura de lo normal y bastante delgado, para su edad, lo que llamaba la atención al resto de los niños de aquel pueblo de montaña en el que se desarrolla el cuento que voy a relatar. Además, Cosme, tartamudeaba un poco, sobre todo cuando se ponía nervioso. Nadie quería ir con él.
Era ya principios de julio y se presentaba un verano caluroso, aún más que de costumbre, pues se venía padeciendo en la zona una sequía importante desde hace más de un año.
El río que bordeaba el pueblo llevaba seco desde principios de abril, excepto en “el lago”: un ensanche de gran superficie del propio río que, todavía, mantenía agua con una profundidad que permitía que más de una trucha permaneciese allí hasta el invierno. Este paraje suponía un buen reclamo para los pescadores de la comarca y los que venían de más lejos. Aquel año no se habían visto demasiados.
Cosme decidió que, como estaba muy solo y nadie quería jugar con él, se iría al lago e intentaría pescar algo. Como jamás lo había hecho, trataría de imitar a los pescadores a los que más de una vez observó.
Como caña serviría una rama; de sedal, una cuerda que cogió a su padre del desván; valdría como anzuelo un alfiler doblado del costurero de su madre. Como cebo, cogió miga de pan del día anterior. No olvidó, por supuesto, un buen cubo para llenarlo con la pesca.
Llegó al lago. No había nadie. Perfecto, todos los peces para él, pensó. Lanzó la cuerda con el “anzuelo” sujeto en su extremo y pinchado en él una bola de masa de pan.
–Se-seguro que lle-lleno la bol-bolsa de pe-pe-pescados –dijo nervioso.
 Pasaron un par de horas sin sentir ni un solo tirón. El cebo lo tuvo que cambiar varias veces pues, al contacto con el agua, se reblandecía y se caía. Aún así, estaba casi seguro de que algo pescaría.
Lo que no sabía Cosme, es que………………………………………………………..

Cosme la miraba sin perder detalle. Vio unos ojos angustiados, que lo miraban fijamente. La cogió con sus pequeñas manos  y le dijo:
–Me- me llamo Co-Cosme ¿Y tú?
La trucha, cada vez se movía menos y los ojos suplicaban algo que Cosme no alcanzaba a comprender.
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Un buen día, mientras esperaba, vio como llegó al lago un hombre, subido en una bicicleta. Tras dejarla apoyada en un muro cerca de la carretera, bajó al lago y se preparó para un magnífico día de pesca.
Cosme se asustó un poco, pues le vino a la cabeza la idea de que el recién llegado pudiese pescar a su amiga.
Cosme estaba inquieto. No sabía cómo podría evitar que aquél la pescase y se la llevase para siempre.
El hombre lanzó su aparejo y, no habían pasado ni cinco minutos, cuando ya habían picado. Su caña se dobló exageradamente y sacó por los aires una magnífica trucha.
Cosme palideció.
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