viernes, 26 de mayo de 2017

CON LOS OJOS DEL ALMA



Buenos días, queridos seguidores de mis ilusiones. Os cuento una cosa: a un escritor, estoy seguro, todas sus obras le van dejando huella y de alguna manera van moldeando parte de su carácter, de su personalidad y, sobre todo, de su sensibilidad. Yo me estoy adentrando en este mundo (¡ya llevo siete años! ¡cómo pasa el tiempo!) y ya noto estas sensaciones. Todos mis cuentos, que en la actualidad son unos veintidos escritos, aunque uno de ellos aún está en el invernadero madurando (en otra ocasión os contaré lo que ello significa), han significado algo para mí y han dejado un regusto en mi interior que me hace volver sobre ellos en las distintas situaciones que el día a día me hace vivir. Sí, creo que yo no soy el mismo de antes de empezar a escribir. Bueno, espero que me entendáis: el cambio, sinceramente, es inapreciable pero sí os quiero transmitir que el plasmar historias en un papel, cuadriculado, ya sabéis los más veteranos de este blog que es así como me gusta escribir, hace que veas las cosas que pasan por tus ojos en la vida de otra manera.
Pues hoy os quiero contar que uno de mis cuentos, que he traído muy recientemente a esta página que tanto nos gusta a todos, “Chano, mi amigo”, es un ejemplo de los que os digo. Desde que lo escribí viene a mi mente muchas veces la vida que llevan las personas invidentes. Ese estar en mi mente casi permanentemente ha hecho que, de esa idea, haya querido escribir un microrrelato y presentarlo a un concurso que para mí es ya habitual. Se trata del concurso “Pluma, Tinta y Papel” de Diversidad Literaria. Una vez más, he tenido la suerte de que me hayan seleccionado para formar parte de la antología que van a editar con todos los elegidos. Os recuerdo que la imagen de todos las ediciones en las que he sido seleccionado, que por el momento son todas en las que he participado —aunque ninguna he ganado, ni he quedado finalista…todavía me queda mucho por recorrer— las podéis encontrar en la columna de la derecha de vuestra pantalla. Ahí os indico el día en el que compartí con vosotros mis microrrelatos.
 Bueno, pues ya os dejo con mi trabajo que se adentra en el mundo de “Chano, mi amigo”. Espero que lo disfrutéis…aunque es corto, jajajaja…es lo que tienen los microrrelatos.
Buenos días (hoy os he podido escribir en horas normales pues me he cogido unos días de vacaciones) queridos compañeros en esta aventura de adentrarnos en el mundo de las ilusiones.

CON LOS OJOS DEL ALMA

Voces más fuertes de lo que a él le gustaría: retumbaban en sus oídos. Se preguntaba el porqué no eran capaces de utilizar un tono más íntimo, aunque lo que hablaban poco tenía de intimidad. Todos comentaban lo que veían o habían visto o, también, lo que deseaban ir a ver. Él solía, con los ojos del alma, ver lo que no era capaz de apreciar con los suyos. Aunque ciego, veía.


¡No dejéis de soñar y de ser felices,…por favor!
Un cariñoso abrazo.
José Ramón.


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